jueves, 4 de julio de 2013

Un Gran Artista en la EPOANT

"Leer poesía es satisfacer una necesidad de desahogo. Por ello, ser poeta en tiempos como éstos, de penuria, de podredumbre, es atreverse a decir que la vida no ha perdido el sentido. Le hemos de agradecer entonces a Andrés Cano, Su palabra y sus sentimientos, los cuales nos comparte a través de unos versos que le cantan al amor, a la vida, a la madre perdida. Poemas que reflejan un profundo temor por la partida pero que al mismo tiempo se hallan impregnados de religiosidad, esto es, de una plena confianza en la existencia de un principio divino, de un orden supremo, establecido."
Dr. Germán Iván Martínez Gómez
Fragmento de la Presentación del Libro
"Cuando mis ojos cierren (y otros poemas)"
de Andrés Canó Álvarez




Historia que recordar

No tengo pensamiento para hablar,
ni recuerdos vanos de mi padre;
sólo una historia que contar
junto a una gran mujer, mi madre.

El caminar del pequeño cuadro
para mantener al grupo de los diez
gran olor del café de Eduardo,
salía del molino de Don José.

Llegas a este pueblo amado,
traías pequeño a mi hermano,
hiciste a un lado el pasado,
el comercio fue tu mano.

Suelo para vender semilla
a cuartillo, la vida salía
Don Bartolo te daba la silla,
gran amigo cuando el sol gemía.

Recuerdo que mi madre contaba
cuando nací; había gran alboroto
en el jardín, juegos y cuetes escuchaba
recibimiento a mí, no; era a otro.

Entregar la sonrisa al cliente.
Llegó al fin ese comercio.
Vender azúcar, refresco a la gente.
En el mostrador la venta se vio.

Vida clara, sencilla, trabajando
en el mercado todo se vendía;
fin de semana de todo comprado.
Los bultitos de medio, de cuarto, entretenía.

Hoy triste se ve el local.
La suerte de José María no dejó.
Chema vendía y vendía por costal.
Misa 5 de la mañana; era festejo.

Mi madre caminaba
midiendo tras él sus pasos;
siempre fiel, con ternura miraba,
de mañana y noche, esos eran sus lazos.

Lo quería, qué bárbaro cariño.
Los años que vivieron unidos
fue gran ejemplo cuando éramos niños;
hoy, sus destinos, están definidos.

Hay raíces que se hacen firmes;
sin olvidar las de mis padres;
mexiquense, noviembre de mes,
gracia, apelativo, terminan con es.

Historia dejaré si aquí muero,
principios de mis padres dieron vida:
Guerrero, Abasolo, Cuauhtémoc, quiero
como al final Ocampo, será mi partida.

Los poemas de nuestro querido maestro Andrés Cano Álvarez, oriundo de Tenancingo, pintor, fotógrafo y poeta, nos deleita el oído con una serie de poemas que ponen de manifiesto la gran sensibilidad de este hombre, padre, hermano, hijo, esposo y además Mexiquense.

Los invitamos a acercarse a su poesía y aprovechar que tenemos el contacto directo con este gran artista.


Durante la presentación en la EPOANT




1 comentario:

  1. hola buen dia, me podrian informar donde puedo investigar mas acerca del escritor?? gracias

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